viernes, 16 de marzo de 2012

David y Goliat

Al desafiar a los ejércitos de Dios, Goliat abre un nuevo capítulo en la historia de Israel. Un pastorcillo llamado David de la tribu de Judá, quien era pródigo en talentos y buen semblante, y sobre quien estaba el espíritu de Dios, hizo frente a su reto.
Goliat, precedido por su escudero, avanzó, invocando por sus dioses el mal contra David. A esto, David respondió: Tú vienes a mí con una espada y con una lanza y con una jabalina, pero yo voy a ti con el nombre de Dios de los ejércitos, el Dios de las líneas de batalla de Israel, a quien tú has desafiado con escarnio. Cuando David le lanzó una piedra con su honda centrífuga, esta se le hundió en la frente y Goliat cayó a tierra.
Acto seguido, David se plantó sobre Goliat y con la espada del gigante le cortó la cabeza.

Esto nos enseña que no siempre gana el más fuerte, si no el más inteligente o con más valor.


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